miércoles, 19 de octubre de 2011

Ópera Aperta. M. Gilabert + M. Rabán



Concurso de vivienda para jóvenes en Córdoba en donde debía trabajarse sobre la vivienda flexible, sostenible, inteligente y accesible. Es decir, sobre una vivienda que integrara las nuevas tecnologías, que contase con la máxima rentabilidad del espacio, una eficiencia energética y que tomase en consideración a la totalidad de los individuos que la componen.
Todo ello destinado a personas jóvenes, en su mayoría artistas,  y tenía que tener una cierta vinculación al museo de Nieto y Sobejano.
La primera reflexión que me gustaría hacer es una crítica a la enseñanza de la arquitectura y a la dedicación de nuestro tiempo en la facultad.
Consideramos que pasamos la mayoría de nuestro tiempo trabajando sobre encargos destinados a una minoría.  Todos pretendemos la construcción de la casa soñada, del museo de nuestro pueblo, o de no se qué centro de interpretación de no se qué cuestión.
Estudiamos arquitectura para arquitectos, muchos de nosotros aun en cuarto no hemos trabajado sobre la vivienda colectiva pero si hemos proyectado casas para una bestia, para un poeta y tres gatos o para un escultor atormentado. Parece ser que tenemos la necesidad del llevar la metáfora al extremo y olvidándonos la mayor parte de las veces de problemas reales de la sociedad y en las que el arquitecto tiene mucho que decir.
Volvemos la cara a la sociedad y pocos son los que se preocupan por nuevas formas de vida, nuevas formas de habitar, por si estamos o no resolviendo los problemas que el arquitecto debe trabajar y si la arquitectura debe encaminarse a la solución de problemas tan básicos para la ciudadanía como la vivienda. Vivienda entendida no como un lujo si no como una necesidad. Y vivienda no como algo inamovible si no como algo cambiante, flexible y donde sea cada persona la que en función de sus obligaciones, impulsos u otras cuestiones quién la configure. Está claro que debemos investigar, y no dar nada por cierto. ¿Acaso soluciona algo la vivienda protegida?
Tal vez la mayoría no podamos acceder a la vivienda en propiedad y este es un aspecto que lejos de preocuparnos debería estimularnos para investigar e intentar llegar a formas más flexibles de vida, más cambiantes, que evolucionen como evolucionan las personas, sus gustos y sus necesidades. Deberíamos plantearnos si la hipoteca a 50 años es una solución o es una forma de control social y de apretarnos el yugo.

Explicación breve de la situación
La situación del solar se encuentra en una zona de Córdoba donde se está llevando a cabo una serie de proyectos de calidad, como las construcciones de N y Sobejano o el centro de Rem koolhaas.
Este es un esquema inicial de lo que queríamos que fuese el funcionamiento del edificio. Un camino continuo en el que se fuesen mostrando vistas de la ciudad así como se fuesen sucediendo el programa. Un aspecto fundamental es la relación del edificio con la ciudad. En este caso particular, Córdoba se trata de una urbe con mucha historia, siendo especialmente llamativo el trazado de la Judería, en que se suceden callejones estrechos, adarves, pequeñas plazas irregulares… Esas eran pistas que nos gustaba considerar en el proyecto
En las bases del concurso se hablaba de la tipología manzana cerrada. Para nosotros era un punto clave que ocurriese todo lo contrario, que la manzana se abriese, dando lugar en el desarrollo de las sucesivas plantas, a un edificio plurifuncional en la que se mezclasen los distintos usos y actividades.
Habíamos estado trabajando sobre centros sociales de segunda generación, nuevas casas okupas. Así que apareció pronto el término autogestión, que sería maquillado para la promotora en gestión social. 
Autogestión en la vivienda colectiva hace referencia a la capacidad del conjunto de usuarios para interactuar de manera que el edificio funcione como un organismo dinámico, capaz de producir y de reducir gastos de cualquier tipo (electricidad, consumo…)
Nos consideramos convencidos del buen funcionamiento de las comunidades autogestionadas en donde las imposiciones-prohibiciones se suprimen por el diálogo y el consenso, por democracia. Me pregunto si hay democracia en el uso de una comunidad de vecinos o literalmente el arquitecto constriñe y determina según qué cosas puedan hacerse.  Ahí es dónde aparece una de las claves de este proyecto, la opera perta. La obra abierta, inconclusa, donde se dote de libertad para vida que allí se va a desarrollar a los vecinos.
Del concepto de ópera aperta nace la estructura. Esta imagen muestra el esqueleto del edificio..  Nuestra propuesta se basaba en una continuidad entre el patio y la cubierta, una espiral que permitía asomarse desde el culmen del edificio sin haber subido un solo escalón, en un intento de sintetizar el concepto de calle en la circulación interna del edificio. Por tanto, el patio y la cubierta adoptan un rol especialmente importante. De esta forma, la cubierta pasa a ser una especie de parque público en donde se incorporan huertos y paneles solares.
Basándonos en dibujos de Yona Friedman y haciendo un guiño a la unidad de habitación de Le corbusier planteamos este esquema. La estructura no era más que una gran estantería dónde se apilaban pequeñas cajas, las  viviendas.
Partimos de un módulo básico de vivienda como éste. Con unas medidas de 5,95x4,85 en dónde tenemos una estancia principal que haría las funciones de salón-comedor-estudio y un módulo húmedo que tenía un pequeño baño, una cocina y una terraza.
En una vivienda de tan reducidas dimensiones tomaba importancia el estudio del mobiliario. Hacer lo más flexible posible el espacio. Aquí vemos como a partir de una cama, una mesa y una estantería se daba lugar a muchas formas de organización del espacio.
El artista italiano Bruno Munari ejemplificó esta actitud hace unos cuantos años al agotar las posibilidades de uso de una butaca incómoda buscando la posición en la que dejase de serlo. Las viviendas, o su mobiliario, buscaban ser algo como lo que realizaba Bruno ya que lo que podía ser cómodo para unos podía ser innecesario para otros.
Esto mismo ocurría a una escala un poco mayor. En una misma planta siempre van a darse necesidades distintas. Por ello las viviendas podían crecer o disminuir en tamaño según los cambios que se produjesen
Asi de la vivienda tipo que hemos visto con anterioridad nacían mediante la adición de módulos otros tipos de vivienda.
En cuanto al funcionamiento general del edificio, intentamos realizar un proyecto horizontal. En un contexto donde los usuarios no poseen una gran cantidad de recursos, se abogaba por la reducción de costes, por un modo de vida plural y por que cada usuario aportase a la colectividad, con trueques dinero-tiempo, prestando servicios orientados a sus habilidades, así como el establecimiento de un cierto control en torno al gasto energético.
se introduce asimismo el concepto de cogestión, apostando por la presencia de un encargado de la gestión de los tiempos de servicios prestados, siendo seleccionado por una junta gestora representada por distintos sectores del edificio (estos se pueden establecer en función de usos, niveles del edificio…). El gestor permanecería en el centro de gestión, dispuesto en el acceso principal a modo de recepción o punto de información, en torno al cual se dispondrían elementos fundamentales como los buzones, taquillas…
Es, por tanto, el corazón del edificio, desde el cual se emite a un panel de grandes dimensiones dispuesto en la cara oeste todo tipo de informaciones relacionadas con el rendimiento del edificio (gasto, producción, excedencias…), con actividades culturales (performances, proyecciones, mapping…), o con el C4, el centro cultural de Nieto y Sobejano en donde estudiarían la mayor parte de los usuarios (avisos, horarios, eventos…), además de encontrarse conectado con las viviendas (red wi-fi, avisos vía sms…).
Es importante entender la autogestión no como una lista de requisitos a cumplir, si no como una motivación y un compromiso con el medio ambiente, el consumo energético, y fomentando de paso la interrelación entre los distintos miembros de la comunidad. Los servicios pueden ser de muy distinto tipo, destinados principalmente al mantenimiento del edificio (cuidado del patio o la cubierta, montaje de escenarios, organización de eventos culturales…),  aunque también puede concebirse la ayuda a otros vecinos (clases particulares, tutorizaciones, cuidado de niños…), así como todos los servicios referentes a la gestión interna del edificio-organismo (curso previo, visitas concertadas con posibles nuevos usuarios…).
Por el contrario, en el patio se incorpora un panel activo que esconde tras de sí los ascensores y las cajas de escalera, así como los espacios de lavado público, que se retroalimenta favoreciendo la incorporación de datos relacionados con el funcionamiento del edificio, e incorporando un factor fundamental para adaptar los habitares a la evolución tecnológica de los últimos tiempos.


Soportes digitales como espacio colectivo virtual.
La progresiva irrupción de la virtualidad en las últimas dos décadas, sobre todo a partir de la aparición de nuevos dispositivos digitales y nuevos medios de comunicación y transvase de informaciones, ha sido uno de los factores más determinantes para los cambios socioculturales de los últimos tiempos.
La arquitectura ha de atender a las necesidades vitales de sus usuarios, pero también debe ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a las deformaciones que afectan a la sociedad, de ahí que resulte interesante incorporar estos nuevos recursos y disponibilidades, y más aún en sistemas de habitar colectivos, de manera que se genere una nueva vía para facilitar la relación social y el intercambio.
Incluso los medios digitales pueden configurar y alterar los estados del edificio, de forma que se aprovechen sus utilidades para informar acerca del rendimiento del mismo, llamar la atención sobre aquellos aspectos que no estén funcionando eficientemente, así como participar de los eventos desarrollados para el total de la colectividad (mapping, actividades interactivas…). Esta posible aportación, que ha pasado desapercibida en el campo arquitectónico, abre nuevas posibilidades de dinamización e integración.
 Soportes digitales y medios de transmisión de datos:
-       Relación directa soporte digital-arquitectura: La disponibilidad de tecnologías como el NFC (Near Field Communication), un sistema infrarrojo de corto alcance, permitiría la interacción del usuario con los electrodomésticos y elementos de la vivienda (apertura-cierre de puertas, ventanas, iluminación…). En esta misma línea, el manejo de estos sistemas vía táctil resulta de interés.
-       Patio virtual. Campo de relaciones sociales: La transmisión de informaciones que permiten la mayoría de dispositivos tecnológicos facilita la aparición de nuevas formas de comunicación entre los distintos usuarios del edificio. A día de hoy se extienden en los núcleos urbanos zonas wi-fi, que acaban siendo focos de atracción social, pues la población aprovecha estos “oasis digitales” para conectarse a internet, enviar e-mails…, sin necesidad de hacerlo desde su casa. Facilitar en la vivienda colectiva este tipo de utilidades contribuye a intensificar las relaciones entre los vecinos, el intercambio de datos, la generación de avisos y un largo etcétera. Por tanto, ya no sólo hablamos de beneficios sociales, sino también de seguridad.
Las redes sociales (twitter, tuenti, facebook) y los dispositivos vinculados a este tipo de usos (android, blackberry, ipod), se extienden ya no sólo a generaciones jóvenes, y están tomando un papel importante en la actividad laboral, utilizándose para el desarrollo de empresas, convocatoria de eventos…
En los últimos años también se están desarrollando medios de envío y plataformas para archivos compartidos, como bluetooth o dropbox, de manera que las asociaciones que se puedan producir entre los distintos miembros del edificio facilite la presencia de informaciones a disposición de todos.
Además de todas estas posibilidades, que pueden ser fácilmente adaptables a las nuevas arquitecturas sin llevar consigo grandes costes, los soportes digitales favorecen la aparición de eventos que incorporen el arte y la cultura a los habitares colectivos, además de los ya mencionados beneficios en cuanto a seguridad y relación social.
Para ello, es fundamental tener como referencia prácticas de este tipo llevadas a cabo en el arte contemporáneo, muchas de las cuales han sido desarrolladas en zonas emblemáticas de las grandes ciudades. Una de las más atrayentes es la architectural projection mapping: proyecciones audiovisuales desarrolladas tomando a los edificios como soporte, en las cuales se desarrollan incluso acciones interactivas, de manera que los propios espectadores pueden alterar la imagen o el sonido, lo que sin duda puede ser un aliciente.


También adquiere un cariz importante la iluminación. Disponer de pantallas LED es algo que se ha venido haciendo en los últimos años en edificios emblemáticos, para conferir un factor adicional a la arquitectura icónica (Postdamer Platz, museo de Graz…). Sin embargo, artistas contemporáneos han planteado, tal como sucede en el mapping, la posibilidad de que los usuarios modifiquen los juegos lumínicos, generando nuevos paisajes nocturnos cargados de dinamismo.
Flexibilidad permanente

 Como expansión del espacio colectivo en el habitar, una buena muestra de dispositivos capacitados para tamizar los gradientes entre lo privado y lo público, lo individual y lo colectivo son los hábitats satélite, entidades habitacionales secundarias dependientes de otras completamente equipadas, a medio camino entre los roulottes y los pabellones anexados.

De uso más extendido en Australia, los popularmente denominados granny flats se conciben como espacios extensibles que puedan ser ocupados en un determinado momento por algún miembro de la familia o invitado que residiera durante un cierto tiempo en la vivienda, pero que también pudiera ser empleado a modo de estar en ausencia de ocupantes. En definitiva, se trata de un espacio-parásito, que se implanta en la vivienda principal, o en el jardín de la parcela, desempeñando funciones auxiliares, y que ha adquirido protagonismo en la arquitectura contemporánea británica y centroeuropea, particularizada en operaciones de expansión de viviendas practicadas por Bevk Perovic o James Lowe.

El término francés kangourou, que se utiliza para definir este tipo de espacios anexos, adquiere un carácter metafórico más expresivo, como si hiciera referencia a un dispositivo guardado en una bolsa, extraíble en el momento en que sea preciso.

Los hábitat satélite nos hablan, evidentemente, de espacios dependientes de otros que aglutinan más funciones, pero también de elementos que aterrizan en el momento más inesperado y se van sin hacer ruido.

Por tanto, se trata de un concepto fácilmente susceptible de vincularse a los espacios colectivos, pues están íntimamente relacionados con la noción de flexibilidad. Para ello, es vital proyectar espacios colectivos flexibles permanentemente, es decir, respondiendo a la posibilidad de modificación del entorno en el tiempo, que puede sintetizarse en:

Movilidad: implica una rápida modificación del espacio en función de las horas y las actividades de la jornada.
Evolución: supone la adaptación a largo plazo a las posibles transformaciones de la familia.
Elasticidad: posible alteración de la superficie habitable, adjuntando una o más estancias.

En definitiva, tratar el espacio de circulación no sólo como soporte para las secuencias de acceso y salida de los individuos de las viviendas, sino como espacio susceptible de asumir funciones diversas y variables, a modo de los planteamientos de Virilio y Parent expuestos en la función oblicua.  Un recurso útil es generar espacios sirvientes o de apropiación, es decir, zonas liberadas no sólo de particiones, sino también de servicios y equipamientos, facilitando la implantación en un momento dado de hábitats satélite.

El elemento satélite, adaptado a las necesidades colectivas, podría ser concebido a modo de mueble contenedor o mueble robot, incluyendo una serie de equipamientos, que en un momento dado pueden convertirse en los inmuebles anteriormente mencionados.  Incluso es posible concebir este tipo de elementos como mobiliario habitable, de forma que al desplegarse y expandirse adquiera las dimensiones y funciones mínimas para garantizar el desarrollo de habitares a partir de él. Resulta interesante vincular, por tanto, este tipo de dispositivos a espacios de apropiación que admitan este tipo de variaciones.
                                                        
 Cabe decir, sin embargo, que este elemento focal, capaz de convertir un espacio común en un recinto habitable, o condicionante del entorno, no debe entenderse estrictamente como  un dispositivo rígido desplegable, pues también elementos ligeros deformables o inflables, a modo de tiendas de campaña o burbujas pueden desempeñar funciones similares, apropiándose de espacios sirvientes para generar nuevas atmósferas.

Cuando no se ha proyectado previamente con la suficiente flexibilidad como para admitir la implantación de elementos expansivos, adquieren protagonismo operaciones de adición de superficie habitable, constituyendo elementos parasitarios que se conectan a las viviendas o espacios colectivos fuera del perímetro edificado, permitiendo de esta manera nuevas conexiones y usos insospechados. Estos elementos que sobresalen de la caja construida pueden ser diseñados previamente para conformarse desde el interior, o bien disponerse como una estructura ligera exterior conectada con algún punto del edificio; en ambos casos los huecos de fachada se convierten en umbrales conectores entre el elemento comensal y el huésped.

 El uso de mesas plegables, suelos hinchables o estructuras ligeras favorecen la dinamización de los espacios, pero esta adquiere su máximo grado cuando el movimiento es total, como pueden provocarlo las mobile-homes o las autocaravanas. En este sentido, es fundamental la absorción de la tecnología como principio básico, como ya adoptó Jean Prouvé con módulos prefabricados, o Buckminster Fuller con cúpulas geodésicas seriadas habitables. La incorporación del concepto DIY (Do It Yourself) a este tipo de aportaciones tecnológicas incrementa aún más si cabe el concepto de flexibilidad que permiten este tipo de situaciones.

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