sábado, 22 de octubre de 2011

Regalar un proyector de vídeo a un ciego

Regalar un proyector de vídeo a un ciego

Proponer o imponer soluciones y mejoras tecnológicas en el edificio de viviendas de protección oficial de San José de la Rinconada para su transformación en un edificio sostenible se convertiría en una acción similar a regalar a un ciego un proyector de vídeo. La reacción más sensata del ciego sería tirárnoslo a la cabeza, o si no tuviese mal genio, lo vendería y sacaría algún beneficio de tal regalo para más tarde poder comprar un bastón que realmente le sirviese para caminar con seguridad.

La intervención que entendemos necesaria se ve en relación con la educación social y ciudadana de los inquilinos de las viviendas. Aprendizaje mínimo en cuanto a normas de convivencia, conservación de la propiedad, colaboración con los vecinos, etc. En un vecindario de un mínimo nivel cultural (incluimos en ello unas normas de conducta basadas en el respeto y la convivencia solidaria), quizá las mejoras técnicas e incluso referidas a las cualidades espaciales de los diferentes elementos vertebradores de un edificio de viviendas colectivas puedan ser un ingrediente favorecedor, disculpad que no digamos determinante.

Tomando como punto de partida que el entorno en el que hemos crecido (la familia, el colegio, el parque del barrio, los amigos de la playa, los amigos de la montaña, los del skatepark, los de debajo del puente, los que juegan al polo y las chapas), suponen de manera gradual la definición de la persona y su manera de relacionarse con los demás y el medio que nos rodea.

Si bien es cierto, que lo aceptado como “normal” en nuestro stablishment social, existen otros estratos en los que recibir una vivienda de protección oficial supone una fuente de ingresos (no mediante el subalquiler ilegal, que es de nuestro entorno), sino mediante la venta de los utilitarios de los cuartos de baño, el cableado de cobre de la instalación eléctrica tan cotizado hoy en día, etc. Este caso extremo de negación de la vivienda para continuar desarrollando su vida de otras maneras (chabolismo, caravanas, etc,) no es el caso de nuestro ejercicio, aunque esta descripción sirve para decir que sin ser el caso, se encuentra muy cerca de serlo.

Como seres humanos libres que somos, nadie podrá imponer que recibamos unas clases de aprender a cuidar la vivienda que se me ha otorgado a disfrutar, del mismo modo que la imposición de normas de conducta tiene un sonido más relacionado con el autoritarismo o la dictadura social.

El bastón para el invidente

Podríamos idear unos seminarios voluntarios, con significativos incentivos para los asistentes (inquilinos del conjunto vecinal a sostenibilizar). Estos seminarios podrían desarrollarse en el actual centro de desintoxicación – club de ajedrez propio de las viviendas. Un posible esquema de los seminarios podría ser:

-6 meses de duración. 2h semanales.
-Incentivos: descuentos del 50% en la factura del agua y luz con la asistencia a los seminarios,
100% de descuento en las mismas con la participación en los seminarios y desarrollo de las conclusiones de los mismos en la comunidad.


-Talleres de formación ciudadana:
1. No hace falta que tu vecino sea tu mejor amigo, pero es bueno saludar.
2. ¿Por qué no debo utilizar una escopeta de plomillos en el patio para matar palomas?
3. ¿Por qué no debo arrancar un alféizar si la pieza me queda mejor en la cocina?
4. ¿Me tengo que preocupar por la limpieza del patio aunque no sea mi casa?
5. ¿Por qué es buena la limpieza?
6……………………..
7……………………..
X. Propuestas y medidas a tomar en la comunidad para que todos vivamos mejor y seamos más felices.

Buscando la verdadera sostenibilidad :D

Sergio Rocha Lopes, MASDomenech

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